UN ELEMENTO YA HABITUAL EN NUESTRO
ENTORNO: EL PLUMERO DE LA PAMPA.
Ya es una imagen habitual. Cuando llega el otoño las
zonas verdes lindantes con nuestras carreteras y autovías, pero
también en el interior de solares e incluso al lado de nuestras viviendas, se
ven invadidos por una planta que ya se ha hecho familiar: el plumero de la
pampa.
Sin que eso sirva de consuelo, no es un problema exclusivo de nuestro
concejo ni incluso de nuestra región. En efecto, todas las regiones de la
cornisa cantábrica y algunas de la mediterránea se ven afectadas y ya ha
alcanzado los archipiélagos y se extiende por el interior de la Península.
Crece en cualquier lugar: marismas, dunas, bordes de bosques, prados mal
mantenidos, cunetas, incluso en las ciudades. Allí donde recala se hace fuerte
y comienza la invasión, desplazando a las especies autóctonas.
El Estado no incluyó al plumero en el catálogo
de especies exóticas invasoras hasta 2013, fecha desde la que está prohibida
tanto su plantación como su comercialización. En 2017 el Principado de
Asturias, con la colaboración de la Universidad de Oviedo, elabora el Plan de
Erradicación del Plumero de la Pampa que comenzó a ejecutarse en 2018. Se
planteaba el control de la especie en un horizonte temporal de siete años, para
frenar su expansión e incluso hacer retroceder su presencia en las áreas que
había ido ocupando. Se planteaba una actuación prioritaria en las alas oriental
y occidental del Principado tratando de confinar la especie en el centro de
Asturias.
En ese Plan se establecían como objetivos la
prevención, la erradicación y el control de la especie. Y se trazaban como
líneas básicas de actuación las siguientes: 1. Prevención de invasión sobre
áreas exentas y eliminación de ejemplares en áreas de alto valor
medioambiental. 2. Eliminación de ejemplares pioneros que se vuelvan focos de
invasión. 3. Actuación sobre las poblaciones de plumeros presentes en la zona
periférica de distribución, contemplando su erradicación siempre que sea
posible. 4. Actuación sobre las grandes masas continuas de plumeros instalados
en la zona perinuclear o nuclear, mediante procesos de erradicación o
control.
En cuanto a la metodología a emplear se contemplaba en el Plan el combinar
los medios físicos (tanto manuales como mecánicos) y los químicos.
La aplicación de estos métodos ha sido en muchos casos deficiente o
insuficiente. Es frecuente que cuando, en el mejor de los casos, se
procede a cortar los plumeros, la intervención se limite a cortar la planta en
superficie sin eliminar la raíz, con lo que al año siguiente vuelve a estar en
la misma situación.
Sin negar la importancia a las intervenciones
ejecutadas en años anteriores, es una realidad , como decíamos al principio,
que de nuevo el plumero campa a sus anchas a nuestro alrededor. Es por ello
necesario que se sigan llevando a cabo las actuaciones previstas en ese Plan y
que se hagan de la forma adecuada para conseguir erradicar de esta especie
invasora y restaurar nuestro paisaje tradicional o sencillamente mantener
limpio y cuidado nuestro entorno
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